El reto de mirarse en el espejo o dejarse mirar por otros y descubrir que nos está frenando.

De vez en cuando, alguien me hablar acerca de los problemas en su vida que lo desconciertan y desaniman. Tienen cosas positivas, algunos recursos, las habilidades necesarias para avanzar, tienen la necesidad y se sienten llamados a lo que están haciendo, pero parece que no pueden prosperar. Están logrando sobrevivir, pero se han encontrado incapaces de tener mayores logros.
Muchas personas, empresas y familias tienen los ingredientes necesarios para avanzar, pero algo las frena. A veces es miedo, barreras, renuencia a tomar riesgos necesarios para un mayor crecimiento y desarrollo. Otras veces es una falsa creencia limitante que tenemos formada desde la niñez, falta de confianza en uno mismo, o escuchar los ecos de palabras desalentadoras, incluso degradantes, que han escuchado en el pasado.
El diálogo interno negativo puede ser un enemigo formidable al intentar construir un emprendimiento, un ministerio, un plan de crecimiento. Sin embargo, creo que sería seguro decir que toda persona que haya logrado el éxito y crecimiento, ya sea como cristiano en su peregrinaje de fe, inventor, innovador, visionario o líder en cualquier esfera, ha tenido que superar tanto el miedo como los recuerdos de fracasos pasados.
Tenemos los ejemplos clásicos de los hermanos Wright, a menudo ridiculizados por su idea de que los humanos podrían volar, y Thomas Edison, cuyo éxito en la invención de la bombilla incandescente se produjo solo después de fallar cientos de veces. Si hubieran escuchado a sus detractores, o hubieran perdido la confianza debido a fallas pasadas, se habrían detenido en seco.
Así como tratar de conducir un automóvil mirando por el espejo retrovisor, mirar continuamente hacia atrás en la vida puede afectar gravemente nuestra capacidad para avanzar. Jesucristo estaba hablando a algunos de sus seguidores sobre la importancia del compromiso decidido de seguirlo. Dijo: «El que pone la mano en el arado y luego mira atrás no es apto para el reino de Dios» [Lucas 9:62 NTV]. Es difícil mantener un camino recto si estamos constantemente mirando para ver qué hay detrás de nosotros.
Entonces, ¿cómo podemos convertir lo que sabemos que es un buen tesoro de don, oportunidades, productos a vender o servicios a comercializar, junto con las habilidades que poseemos y nuestra pasión por lo que estamos haciendo, en crecimiento para el éxito? Creo que otro pasaje de la Biblia nos da la respuesta. Romanos 12:2 ofrece este principio: «Y no adopten las costumbres de este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su mente, para que comprueben cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, agradable y perfecto».
El mundo que nos rodea está muy ansioso por decirnos que no podemos tener éxito, que lo que estamos tratando de hacer es una tontería y está condenado al fracaso.
Podríamos evocar recuerdos que se remontan a nuestra infancia, recuerdos de frases duras y mezquinas como no eres capaz, no maduras, eres un pobre… etc, que nos convencieron de que nuestras esperanzas y sueños siempre serían inalcanzables, por siempre fuera de nuestro alcance. Pero no es así, Ud. y yo controlamos en fe la visión de crecer más allá de lo que me puede limitar en mi mente e historia pasada.
No te revuelvas en tu pasado o ates a tu pasado. Necesitamos deshacernos de esa «basura» mental y falsas creencias programadas inconscientes que te detienen. Y la mejor manera de hacer esto es pedirle a Dios que te ayude a renovar tu mente, permitiéndote en cambio alinearte con la forma en que Él ve tu potencial. Concéntrate en lo que dice sobre ti y en lo que deseas hacer, tanto en ti como por ti.
Al escribir sobre muchas adversidades que tuvo que superar, el apóstol Pablo declaró: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» [Filipenses 4:13 RVR]. También escribió: «Y este mismo Dios quien me cuida suplirá todo lo que necesiten, de las gloriosas riquezas que nos ha dado por medio de Cristo Jesús» [Filipenses 4:19 NTV]. Si crees que el Señor te ha llamado a una emprender, llevar adelante una empresa o una causa en particular, a desarrollar un ministerio, ampliar tu calidad de vida o proveer mayor libertad financiera, producir un mayor impacto y crecer mas alla de los limites de tu pasado o mente limitante, confía en que Él le proporcionará lo que necesitas para tener éxito y seguir avanzando con la ayuda de Dios.
Cuestiones Para Reflexión/Discusión
1. ¿Dirías que estás yendo dentro del programa para lograr las metas y los objetivos que se han fijado para ti, tu familia, tu ministerio, y tu negocio, o sientes que algo le impide alcanzar ese paso de maduración y crecimiento que deseas? Explica tu respuesta.
2. ¿Alguna vez tú, o alguien que conozcas han luchado con pensamientos negativos, cosas como miedo, falta de confianza o recuerdos de comentarios de otras personas que los convencieron de que siempre estaría destinado al fracaso?
3. ¿Cómo ha afectado eso tu capacidad para seguir adelante, para enfrentar con entusiasmo los desafíos que tiene frente a ti?
4. Romanos 12:2 habla de no conformarse al mundo, sino de ser «transformado por la renovación de tu mente». ¿Qué crees que significa esto y cómo podemos ponerlo en práctica?
5. ¿Cuál crees que es el papel de confiar en Dios, su dirección y provisión en nuestra capacidad para tener éxito en nuestros esfuerzos elegidos? ¿Crees que Él quiere participar activamente en nuestras decisiones y acciones que emprendemos? ¿Por qué sí o por qué no?
NOTA: Si tiene una Biblia y le gustaría leer más, considera los siguientes pasajes: Salmo 37: 4-7; Proverbios 3: 5-6, 12; 25; Isaías 41:10; Jeremías 29:11, 33: 3; Lucas 14: 25-30