Lo que vemos determina lo que hacemos. Lo que vemos también tiende a dictar cómo nos sentimos.

Desde mediados del mes pasado hemos sido testigos de la intensificación de guerras en Ukrania por Rusia, y en estos años, hemos vivido circunstancias sin precedentes y extremadamente turbulentas. Si tú has visto épocas de grandes problemas, estos son algunas de las áreas que se afectan normalmente, problemas físicos, económicos o políticos. Pero que eliges tú, el pánico o la paz. Sin dudas todos queremos la paz; pero ahora mucho más nos sacude la realidad, y es probable que te sientas ansioso, retraído, controlado por las circunstancias y quizás estés buscando formas de medicar tu situación.
Después de informes de noticias implacables que esencialmente insisten con que «¡El cielo se está cayendo!», empezamos a pensar que tal vez tengan razón. Bombardeados con mensajes reales de tristeza y otros de fatalidad, comenzamos a ver un mundo de problemas complejos e irresolubles, y a ver nuestras propias vidas de la misma manera.
Sin embargo, esa no es nuestra única opción. También existe la de ver el mundo —y nuestras vidas en general— a través de los ojos de una fe segura e inquebrantable. Tal como el apóstol Pablo lo dijo: «…porque por fe andamos, no por vista» [2 Corintios 5:7 RVR].
Como resultado, si creemos y confiamos en Dios, nuestro Padre celestial es soberano, y está completamente en control con un plan perfecto, incluso cuando todo lo que nos rodea parece estar en un caos absoluto, entonces veremos estos desafíos actuales de manera muy diferente. Podremos percibirlos como advertencias, lecciones, oportunidades, ocasiones camufladas para crecer en la fe y compartir su amor, esperanza, alegría, paz y recursos con los demás.
Pero estos tiempos en las últimos dos años, han sido dolorosos viendo perder muchas vidas por el COVID.19, llenos de estrés, ansiedad y —para algunos de nosotros— reinventarnos, sacudirnos y seguir perseverando en fe. ¿Cómo podemos evitar ver la oscuridad y la desesperación que parece presionarnos a nuestro alrededor? Porque, como yo y muchas personas que conozco, hemos descubierto, el dolor es un gran maestro, posiblemente el mejor maestro que podamos tener en la vida.
La realidad es que las personas tienden a no cambiar por decisión sino por dolor, a menos que haya un dolor significativo. Tienen que ser forzados, muchas veces después de haber ofrecido mucha resistencia para salir de su comodidad, para dejar a tras lo conocido y lo familiar. Cuando eso sucede, pueden llegar a la revelación de que han estado apostando por el caballo equivocado, o desaprobando el mismo examen semestre tras semestre, por así decirlo. Una vez que comprenden eso, pudieran tornarse dispuestos a considerar el cambio en sus hábitos y creencias limitantes de vida plena.
¿A quién conoces que está estresado por los acontecimientos actuales, que se ha visto atrapado por el pánico y la histeria? Quizás esto lo describa, especialmente si todo lo que puede ver son los problemas desconcertantes que parecen estar más allá de sus posibilidades. Si ese es el caso, esa persona debe cambiar su enfoque. El apóstol Pablo lo dijo así: «Así que no nos fijamos en lo visible, sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno» [2 Corintios 4:18 NVI].
Si has logrado mirar más allá de los problemas y centrarte en las promesas de Dios, este es el momento perfecto para compartirlas con los demás. Busca las oportunidades para hacer preguntas y profundizar en las relaciones con las personas, amigos, compañeros de trabajo, e incluso con el jefe; porque muchas personas tienen miedo. Sin fe, no pueden comenzar a ver todo lo bueno que puede surgir de los tiempos difíciles.
Recuerda esto: Dios no desperdicia el dolor. Y dadas las circunstancias en las que todos hemos estado, tenemos oportunidades únicas para contarles a otros acerca de la verdad que cambia vidas. Hay una parte que hace Dios, para traer luz a la oscuridad. Pero tenemos nuestra parte, al ser sus representantes, sus embajadores, para comunicar su mensaje eterno. No podemos hacer la parte de Dios. Y él, no hará la nuestra.
Cuestiones Para Reflexión/Discusión
- ¿Cómo estas manejado las circunstancias que rodean? ¿Te has encontrado superado por la ansiedad o el dolor? ¿Has sufrido en tu trabajo o negocio durante la implementación de las numerosas restricciones, ahora la crisis global con la guerra, el alza de los precios, etc? ¿Te has preguntado cómo podrías sobrevivir?
- ¿Qué significa ver el mundo, tu vida, las circunstancias que te rodean, a través de los ojos de la fe en lugar de percibirlos a la luz de las malas noticias generalizadas que hemos visto y escuchado casi todos los días?
- Uno de los versículos bíblicos citados anteriormente dice que no debemos mirar las cosas que se ven, sino las que no se ven. ¿Qué crees que significa eso? ¿Cómo reaccionas ante tal advertencia?
- ¿Has tenido alguna oportunidad de hablar con alguien que no comparte tu misma fe? Si es así, ¿cuál ha sido su respuesta? ¿Has encontrado personas más receptivas a considerar la verdad espiritual, dadas las incertidumbres y las realidades sombrías de nuestro tiempo?
NOTA: Si tienes una Biblia y deseas leer más, considera los siguientes pasajes: Salmo 23: 1-6, 27: 1-5, 46: 1-3, 118: 13-14; Isaías 41:10; Mateo 6: 13-16; 2 Corintios 5: 16-6: 2