La Biblia tiene una actitud de advertencia y equilibrada hacia las riquezas materiales y el dinero.

Por un lado, reconoce que el dinero y las posesiones materiales son necesarios para la vida cotidiana y que pueden ser una bendición de Dios. Por otro lado, la Biblia también advierte que la búsqueda excesiva de riquezas puede llevar a la codicia, la opresión y otros pecados.
Algunas enseñanzas bíblicas sobre el dinero y las riquezas materiales incluyen:
El amor al dinero es la raíz de todos los males (1 Timoteo 6:10).
No se puede servir a Dios y al dinero (Mateo 6:24).
No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, sino acumulen tesoros en el cielo (Mateo 6:19-20).
El que no trabaja, que no coma (2 Tesalonicenses 3:10).
Es más bienaventurado dar que recibir (Hechos 20:35).
El que siembra escasamente, también segará escasamente, y el que siembra abundantemente, también segará abundantemente (2 Corintios 9:6).
En resumen, la Biblia no condena el dinero y las riquezas materiales en sí mismos, pero sí advierte contra la codicia, la opresión y la búsqueda excesiva de riquezas. La actitud correcta hacia el dinero y las posesiones es reconocer que son una bendición de Dios y usarlos de manera sabia y generosa, para glorificar a Dios y ayudar a los demás.