Él guía a los humildes en el bien y les enseña su camino. SALMO 25:9 NVI
Una maestra experimentada estaba compartiendo algunos aspectos destacados de sus años de enseñanza. Independientemente del tipo de personalidad, había un rasgo que disfrutaba más enseñar; y era cuando encontraba un alumno humilde. Cuando tenía un alumno humilde, incluso si el alumno estaba muy atrasado, podía hacer grandes cosas con ellos solo en un año. Esto, explicó ella, se debió a que no se resistieron a su corrección o dirección.
En el Salmo 25, David nos recuerda esta verdad eterna. Son los humildes los que pueden ser guiados. Los humildes no insisten en que conocen el camino correcto, la respuesta correcta o la opinión correcta.
Debido a esto, Dios puede moverlos fácilmente donde Él los quiere. No se resisten a su liderazgo. Ellos lo disfrutan.
Ser humilde es reconocer con agradecimiento nuestra dependencia del Señor y comprender que tenemos la necesidad constante de recibir Su apoyo. La humildad es el reconocimiento de que nuestras aptitudes y talentos son dones de Dios; no es señal de debilidad, de timidez ni de temor, sino una indicación de que sabemos de dónde proviene nuestra verdadera fortaleza. Puedes ser humilde y, a la vez, ser audaz y valiente.

Padre, ayúdame a permanecer enseñable y humilde. Quiero tu camino para mi vida más de lo que quiero el mío propio. ¿Te resistes al liderazgo de Dios en tu vida o te sometes a él
Amén ayúdanos a permanecer humildes hacer todo lo posible por agradar al Señor dejar que el nos use de la manera que a él le plazca hacerlo.
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