PEQUEÑOS COMIENZOS

No menosprecies tus pequeños comienzos.

«No desprecies estos pequeños comienzos, porque el Señor se regocija al ver comenzar la obra, al ver la plomada en la mano de Zorobabel». -Zacarías 4:10 NTV

Esta torre (Bok Tower Gardens) en medio de la nada en Lake Wales Florida me pone a pensar en la vision tan original y fantástica de crear, construir y legar a otras generaciones un sitio hoy turístico con hermosas melodías en campanas soñando en la torres. Hermosos jardines y áreas de bellas vistas de paisajes.

Las grandes visiones son solo eso. Grandioso. Grande. Pero cada uno de ellos comienza con el más pequeño de los pasos. Así mismo un mapa de metas es un indicador de procesos y actividades diarias que llevan a cumplir con ese sueño final.

La reconstrucción del templo del Señor después que el pueblo regresó de Babilonia no fue diferente. Antes del interior ornamentado con destreza de artistas, estaba el techo. Antes del techo, levantar las paredes. Antes de las paredes estaba el trabajo en la tierra preparando el suelo. Antes el piso era la base con sus fundamentos profundos. ¿Y esa base? Comenzó con un solo ladrillo colocado en el suelo.

Según Zacarías, fue Zorobabel quien colocó el primer ladrillo de los cimientos y sería Zorobabel quien colocaría la última piedra. Un solo ladrillo es una cosa pequeña.

Un pequeño comienzo. Un comienzo muy crucial. La crianza de los hijos se parece mucho a eso. Como padres, a menudo tenemos grandes metas para nuestros hijos y familias, pero no sabemos por dónde ni cómo empezar.

El consejo sabio es un paso a la vez con la mente de fe en el mejor cuadro final del gran sueño que puedas atreverte a tener.

Comience poco a poco con una palabra amable o un empujón suave. Un paso para romper con tu iniciativa de acercarte a ese sueño, a esa persona. Una acción hoy que sea intencionada de cambio para lograr tu meta. Luego, sigue construyendo.

Dios, tú no desprecias las cosas pequeñas. Comparado con la grandeza del templo del Señor, un solo ladrillo parece tan pequeño, tan sin sentido y sin propósito. A menudo, nos sentimos como ese pequeño ladrillo. Pero encuentras alegría en esos ladrillos, esos pequeños comienzos, porque sin ellos, no hay finalización. Ayúdanos a estar dispuestos a dar ese pequeño paso al comenzar. Amén

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