El ángel les dijo: «No temáis. Os traigo una buena noticia que causará gran alegría a todo el pueblo. A vosotros, en el pueblo de David, os ha nacido un Salvador, él es el Mesías, el Señor». Lucas 2:10 NVI
Cuando el cielo toque la tierra, algo va a cambiar. Los pastores en el campo presenciaron el descenso de los ángeles y cayeron en gran temor. ¿Por qué? Porque no somos santos ni dignos, por nuestra propia voluntad, de presenciar o estar en la presencia del Santo. No estamos sin pecado, y algo dentro de nosotros sabe que no tenemos derecho a estar ante los perfectamente santos.

Los ángeles advirtieron a los pastores que no tuvieran miedo. Tenían una gran noticia que daría alegría al mundo entero. Jesús, Dios y hombre, el único sin pecado, nos haría santos para que pudiéramos estar ante Dios y sentir el gozo total de su presencia.
¡Qué alivio! Ya no tenemos que estar con miedo porque Jesús ha erradicado la necesidad de la vergüenza.
Una pregunta para hacernos sería: ¿Cómo puedes llegar a otros con el favor, el amor y la gracia que Jesús te ha dado?
Gracias, Jesús, por la gran alegría que trajiste a la tierra. Me haces valiente, para que pueda vivir plenamente, sin temer mis debilidades o problemas. ¡Elijo vivir en la fuerza de tu alegría!
Ver video de dramatización de Pastorela Navideña. https://youtu.be/jhpuyybB94w