Mantén tu vida libre del amor al dinero y conténtate con lo que tienes, porque él ha dicho: «Nunca te dejaré ni te desampararé». -Hebreos 13:5 NVI
Como padres, madres, siempre queremos ser quienes mantengamos provista a nuestra familia. Queremos darles no solo lo que necesitan sino también lo que quieren en ocasiones.

Queremos poder a los que animamos bendecirlos con cosas divertidas. Entonces, ¿cómo podemos encontrar satisfacción incluso sin las cosas que el dinero puede comprar? ¿Cómo podemos ayudar a nuestra familia a entender el contentamiento con lo que tenemos?
La respuesta comienza con la comprensión de quién es Dios. Dios es nuestro creador, nuestro proveedor, nuestro sustentador y nuestro defensor, y está profundamente enamorado de nosotros.
Cuando entendemos correctamente quién es Dios y lo que hace por nosotros, nuestras prioridades y valores comienzan a cambiar. Saber que Dios ha prometido nunca dejarnos ni abandonarnos debería traer consuelo.
Podemos hacer todo lo posible para mantener a nuestra familia, pero también debemos saber que Dios ha prometido cuidar de nosotros. Él proveerá.
Dios, ayúdame a descansar en la promesa de tu presencia eterna en mi vida. Que valore tu presencia más que el amor al dinero, lo pasajero o las posesiones en mi vida. Amén