«En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?» Salmos 56:11.

«Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.» Josué 1:9.
El temor al hombre es básicamente el preocuparse/intrigarse por los que los demás piensan de ti o pueden hacerte a ti.
Como cristianos, a veces nuestra fe significa que tenemos que ir fuertemente en la dirección opuesta de lo que está sucediendo a nuestro alrededor.
Hablar mal de los otros, insensibilidad, tolerar cosas que van en contra de la Palabra de Dios, además de la vanidad y la arrogancia, son cosas muy comunes por lo general entre los no-cristianos.
Algunas exhortaciones bíblicas nos confrontan. Como esta que nos deja sin opciones de no actuar con maldad o mala gana.
“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.” Colosenses 3:23.
No es tan fácil y para nosotros oponernos ante esto, incluso si es solo alejarnos, puede ser difícil de hacer. Hacer que la gente piense bien o no hablen bien de nosotros, puede ser algo difícil de soportar. Es difícil manejar los temores, más si hemos tenido cuadros anteriores de experiencias dolorosas.
“Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.” Gálatas 1:10.
¡Estos versículos de la Biblia te darán el poder de hacer lo correcto cada vez que vuelvas a la escuela, sin importar lo que piense la gente!
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” Isaías 41:10.
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” 2 Timoteo 1:7.
Medita y explora tus temores. Cómo puedes responder y poner en perspectiva tu mente, cuerpo y espíritu para conquistar tus relaciones?
“Porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.” 1 Samuel 16:7.
Dios te bendiga.