
Hace unas semanas, las mujeres de la iglesia se esforzaron para organizar Conferencia de Mujeres en nuestra misión de Casa Vida. Se enfrentaron a todos los retos de planear, fueron decididas, y valientes para invertir con fe, decorar, preparar detalles, adornos, comida, convocar, invitar otras oradoras e iglesias, además de reprogramar fecha por mal tiempo con lluvias. Ellas sacaron su mejor sonrisa y actitud para pararse en la brecha del momento y decir SI SE PUEDE. Finalmente, lo hicieron con éxito y se unieron en un trabajo excelente que logro reunir a 60 mujeres de 10 iglesias del centro de la Florida. Ellas dieron sus mejores dones para este momento e hicieron la Conferencia con la ayuda de Dios.
Dios nos prepara para cada momento, nuestros entusiasmos por servir y desarrollar nuestros dones deben ser desafiados, aun en momentos difíciles; pero ese trabajo redundará en su momento y nos llevará eventualmente a algo mayor de servicio. Disfruto mucho trabajar y reunirme con personas que están entusiasmadas con su trabajo y llamado.
La Biblia nos exhorta a ser hábiles en nuestro servicio o trabajo, y qué si confiamos en Él, Dios usará nuestros dones, carrera o función hábil que realizamos «para servir a reyes». Que mejor servicio que servir al Rey de Reyes con nuestros dones y habilidades.
Me estoy refiriendo al versículo de la Biblia que dice: «¿Has visto a alguien realmente hábil en su trabajo? Servirá a los reyes en lugar de trabajar para la gente común» [Proverbios 22:29 NTV]. Dios obviamente ha hecho que esas palabras se hagan realidad en gente dedicada y apasionada con lo que hacen. Mi pregunta es: ¿Sientes que tienes un papel, rol y función desde tu habilidad para servir a reyes? Esto se aplica a toda tu mayordomía de la vida, donde quiera que estés ahora, tú tienes un papel fundamental e influyente. A algún lugar mayor puedes llegar si sigues siendo fiel a Dios y sirviendo con lo mejor de ti. Puedes tener autoridad frente a personas que están en posiciones sobre tu vida temporal o secular, puedes declarar aun sobre muchos millones de personas que necesitan desesperadamente la esperanza de Jesucristo una palabra.
Preguntémonos: ¿Cómo Dios me usará en ese puesto, posición, desempeño laboral? Porque no solo es para tener la oportunidad de hacer bien un trabajo, sino también para servir como Su representante. Así dice en 2 Corintios 5:20: «Así que somos embajadores en nombre de Cristo, y como si Dios les rogara a ustedes por medio de nosotros, en nombre de Cristo les rogamos: «Reconcíliense con Dios»».
Ya sea comenzar un nuevo trabajo o permanecer en uno que hemos tenido por un tiempo, nos inclinamos a verlo como una forma de pagar nuestras obligaciones financieras y adquirir las cosas que queremos. Pero Dios ve nuestras vocaciones, nuestros llamados, incluso nuestras carreras, de una manera mucho más amplia. Son una parte importante de nuestro «llamado», lo que el Señor quiere que hagamos durante nuestro tiempo en la Tierra, participando en Sus propósitos divinos.
Encontramos un excelente ejemplo de esto en el libro de Ester del Antiguo Testamento. También conocida como Hadassah, Ester era una hermosa joven judía que, a través de una serie de eventos, fue llevada al harén del rey Jerjes de Persia y Media. Se convirtió en una de las favoritas de Jerjes, en línea para convertirse en la futura reina.
Su pariente, Mardoqueo, se había enterado de un complot de uno de los subordinados de Jerjes para destruir a todos los judíos en esa región. Dado que Ester se había convertido en parte de la corte del rey, Mardoqueo le suplicó que intercediera en nombre de sus compatriotas judíos. Entendió que, en su posición, ella podría ejercer una influencia única sobre el rey Jerjes para revertir de alguna manera su temible decreto.
Inicialmente, Esther dudaba, sabiendo que acercarse a Jerjes sobre cualquier asunto, sin haber sido invitado a hacerlo, ponía en riesgo su vida. Pero luego Mardoqueo la desafió con esta pregunta: «¿Quién sabe si no llegaste a ser reina precisamente para un momento como este?» [Ester 4:14 NTV]. La historia continúa diciendo que el rey escuchó a Ester, y se encontró una manera de superar el plan asesino.
Afortunadamente, la mayoría de nosotros no debemos temer una «sentencia de muerte» por acercarnos a personas con autoridad en el trabajo. Tampoco por enfrentarnos a grandes retos, debemos sacar nuestros dones una vez descubiertos, trabajarlos y aun en lo difícil seguir peleando la batalla por crecer. Muchas veces Dios coloca a Su pueblo en circunstancias en las que, somos escogidos para representarlo en un momento crítico. Nunca subestimes lo que el Señor puede hacer: Él puede convertir incluso los humildes comienzos en oportunidades increíbles. Entonces, ora y obedece, confiando que los resultados están en manos en Aquel que todo lo puede.
Cuestiones Para Reflexión/Discusión
1. Si alguien te preguntara por qué haces el trabajo que haces, ¿cómo responderías?
2. Antes de leer esta meditación, ¿estabas familiarizado con el pasaje bíblico que sugiere que las personas diligentes y fieles en su trabajo «servirán delante de los reyes»? ¿Crees que esta promesa es verdadera? ¿Por qué sí o por qué no?
3. ¿Cómo crees que las personas de fe pueden ejercer una influencia positiva, incluso en entornos de trabajo donde los principios bíblicos se ignoran o incluso se tratan con escepticismo?
4. El pasaje del libro de Ester implicaría que Dios está activamente involucrado en el lugar de trabajo moderno y tiene un interés especial y directo en Sus seguidores a quienes Él ha puesto allí ¿Cuál es tu reacción a este concepto?
NOTA: Si tiene una Biblia y te gustaría leer más, considera los siguientes pasajes: Deuteronomio 30:8-9; Josué 1:8; Proverbios 21:5; 1 Corintios 15:58; Colosenses 3:17, 23-24
Josué 1:8. 8 Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Proverbios 21:5; Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia; Mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza.