Evita la Mediocridad

Como evitar bajar nuestra excelencia de ser discípulos.  

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¿Cómo te sientes cuando un mesero en un restaurante es amigable, parece realmente interesado en ti y te atiende rápidamente? O cuando un representante de ventas muestra entusiasmo y está haciendo algo más que ganarse una comisión. O, ¿aquel empleado que hace un esfuerzo adicional por ofrecer una resolución rápida? La realidad es, que posiblemente te sientas sorprendido, porque a menudo las personas parecen decididas a hacer un esfuerzo mínimo al realizar su trabajo.

Cuando lo pensamos, si somos discípulos de Jesucristo, el compromiso con la excelencia en el trabajo, en el uso de tus dones es una de las formas más efectivas y visibles de ser un «testigo» de Él. Hacia el final de Su ministerio terrenal, dijo: «…y serán mis testigos, y le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes: en Jerusalén, por toda Judea, en Samaria y hasta los lugares más lejanos de la tierra» [Hechos 1:8]. La pregunta es: ¿Cómo deberían hacer esto?

Jesús dio la respuesta cuando les habló a sus seguidores sobre la importancia de ser «sal y luz» en el mundo. Él dijo: «…que la luz de ustedes alumbre delante de todos, para que todos vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre, que está en los cielos» [Mateo 5:16 RVC]. Cuando las personas que nos rodean observan nuestra gran dedicación para hacer bien nuestro trabajo, con entusiasmo y alegría, incluso cuando el trabajo se vuelve difícil y desafiante, eso puede diferenciarnos de las personas que carecen de ese compromiso.

En última instancia, estamos actuando para una «audiencia de uno», al servir a Dios con sinceridad e integridad, incluso cuando nadie está mirando. El apóstol Pablo, dirigiéndose a una cultura en la que muchas personas se habían convertido en siervos de otras, obligadas a llevar a cabo deberes mundanos e incluso degradantes, dio esta advertencia:

«Esclavos, obedezcan en todo a sus amos terrenales. Traten de agradarlos todo el tiempo, no solo cuando ellos los observan. Sírvanlos con sinceridad debido al temor reverente que ustedes tienen al Señor. Trabajen de buena gana en todo lo que hagan, como si fuera para el Señor y no para la gente. Recuerden que el Señor los recompensará con una herencia y que el Amo a quien sirven es Cristo» [Colosenses 3:22-24 NTV].

En un mundo en el que tantas personas ven poco valor al testificar con exelencia y trabajar con excelencia, fácilmente ud y yo podemos sobresalir entre la multitud, siendo trabajadores integros, «intachables y puros… en medio de una generación torcida y depravada… [brillando] como estrellas en el firmamento» [ver Filipenses 2:15].

Preguntas para Reflexión / Discusión

 1. ¿Puedes pensar en un ejemplo reciente cuando observaste a alguien haciendo un trabajo «por encima del llamado del deber», llevando a cabo sus responsabilidades de tal manera que no pudiste evitar notarlo y apreciarlo? ¿Qué tanto de impresionó?

2. ¿Estás de acuerdo con la afirmación: «La búsqueda de la mediocridad rara vez es intencional, pero siempre tiene éxito»? Explica tu respuesta.

3. ¿Cómo calificarías tu propio compromiso con la excelencia en el trabajo? ¿Por qué crees que tantos siguen el camino de la mediocridad? ¿Crees que esto se ha vuelto más frecuente en los últimos años? ¿Por qué sí o por qué no?

4. Si tomas en serio la amonestación de Colosenses 3:24 «a Cristo el Señor, a quien sirves», ¿qué diferencia podría, o debería, hacer eso en la forma en que abordas el trabajo que se te asigna para realizar cada día?

NOTA: Si tienes una Biblia y te gustaría leer más, considera los siguientes pasajes: Proverbios 4:18, 10:4, 12:24, 14:23, 18:9, 22:29, 24:30-34; 1 Pedro 3:15-17

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