Te amamos tanto que compartimos contigo no solo las Buenas Nuevas de Dios, pero también nuestras propias vidas.
—1 Tesalonicenses NLT
¿Quiénes son las personas que más han invertido en tu espiritualidad y crecimiento? Podría ser un padre, un pastor, un maestro de escuela dominical, o un mentor.
Es muy probable que haya gastado una buena cantidad de su tiempo con las personas que mentores. Ellos le conocen bien, y tú sabes que ellos han invertido en tu vida.
El versículo de arriba pinta una hermosa imagen de un mentor o padre. Compartir las buenas nuevas de Dios es importante, pero también lo es compartir la vida con otros en el camino. Cuando compartes tu vida con otra persona, se construye confianza. Cuando invitas a otras personas a tu vida, llegan a
observarte viviendo lo que estás compartiendo.
¿Con quién compartes tu vida? ¿Cómo estás compartiendo con otros y añadiéndoles valor?
¿Las buenas nuevas de Dios las compartes con ellos? Al hacer ambas cosas, estás mostrando a
ellos que realmente los amas.
Dios, ayúdame a ser un hombre o mujer que vive lo que predico. Ayúdame no solo a los que tú me pones certeza, contarles sobre ti, sino para invitarlos a seguir mi vida para que puedan verme priorizando el ejercicio del evangelio. Amén.
