Tener fe en Jesucristo y recibirle como Señor y Salvador es un acto momentáneo, pero es, además, una actitud continua, un proceso de crecimiento y fortalecimiento de una relación que recién comienza.

Vivimos en tiempos de muchas corrientes religiosas y perspectivas sobre la espiritualidad. Me gustaría afirmar lo que el texto de este estudio nos invita a meditar. sin duda. Entre una pandemia global, guerra entre El texto comienza con la afirmación: “Esta es la palabra de fe que predicamos…”, o sea, que lo que a continuación se va a expresar son elementos esenciales en la proclamación de la fe y en la extensión del Reino de Dios a lugares y personas que aún no han tenido la oportunidad de escuchar las buenas nuevas.
Y al final del texto se expresa que, quien ponga en práctica estos dos elementos, será salvo. O sea, que en este texto se encuentran dos elementos claves de la salvación.
Esta palabra de fe que predicamos tiene dos componentes fundamentales:
- Creer en nuestro corazón que Dios levantó a Jesús de los muertos
- Confesar con nuestra boca que Jesús es el Señor
En este espacio, primeramente, vamos a tratar de entender lo que se quiere expresar con creer en nuestro corazón:
- La fe se origina en el corazón (metáfora), en el momento en que voluntariamente decidimos darle acceso a Jesús a nuestra vida. Es por esa fe, que Él viene a tomar posesión de nuestro corazón, o sea de nuestro intelecto, de nuestras emociones y sentimientos, y de nuestra voluntad. Todo nuestro ser queda potencialmente expuesto a la influencia redentora y transformadora de Cristo Jesús.
- Pero la fe no es solamente una cuestión interior, silenciosa y reservada al ámbito de lo íntimo y personal. La fe incluye también la profesión de fe pública de Jesucristo como Señor, el acto de hacer una decisión por Cristo y de dar testimonio público de ello ante una congregación, ante nuestra propia familia y ante toda la comunidad.
- Hay muchas personas que dicen tener fe en algo. Hay personas en este mundo que se ofenderían si usted les pregunta si tienen una fe. Incluso podríamos encontrar muchas personas en este mundo que un día entraron a una Iglesia en el momento en que se estaba haciendo un llamamiento para seguir a Cristo, y vinieron al frente, hicieron una oración de fe, y creen que ya por eso son cristianos.
- Hay por lo menos cuatro elementos que están incluidos en el concepto bíblico de fe:
- Tener fe significa creer y confiar firmemente en el Cristo crucificado y resucitado como Señor y Salvador personal. Esto implica creer con todo nuestro corazón, rendirnos a Cristo, y entregar a Él toda nuestra voluntad. En otras palabras, tener fe es tomar a Cristo en serio como patrón de vida y acción.
- La fe implica arrepentimiento, es decir, apartarse de toda forma de pecado con verdadera tristeza y volverse a Dios por medio de Cristo. La fe que salva es siempre una fe de arrepentimiento.
- La fe incluye la obediencia a Jesucristo y a su Palabra, de manera que por medio de la fe en Cristo y la obediencia a su Palabra, decidimos reorientar nuestra vida de tal manera que podamos vivir conforme a las exigencias que Cristo hace por medio de ella. Es alcanzar una calidad de vida, a la cual llamamos santidad de vida, por medio de la acción regeneradora del Espíritu Santo. La fe y la obediencia son inseparables porque la fe salvadora que no procura la santificación es ilegítima y contraria a la Escritura.
- La fe se hace concreta estableciendo una relación viva y personal con Jesucristo. Esa relación se alcanza por medio de una vida devocional, particularmente a través de la oración. Esa relación personal con Jesucristo no debe ser algo abstracto, sino algo que se haga evidente y concreto en una vida de confianza, amor, fidelidad y gratitud. La fe se hace concreta y eficaz por medio del amor, de tal manera que fe y amor resultan ser inseparables la una de la otra.
Entonces, Si esa relación de fe no se cultiva y se profundiza, puede morir. Tener fe implica creer en una persona específica y concreta, una persona que murió por nosotros y en lugar de nosotros.
La confianza y la obediencia a esa persona deben llevarnos a la fidelidad y la devoción a Él. Por medio de la fidelidad y la devoción vamos a experimentar un acercamiento diario a esa persona real y concreta. Y ese acercamiento a Jesús nos va a permitir tener acceso diariamente a la presencia de Dios y ser salvos de la ira que vendrá por causa de la desobediencia humana.
Por esa fe que implica una relación con Jesús, los cristianos morimos al pecado y somos sellados con la presencia del Espíritu Santo, el cual viene a morar en nosotros a partir del momento en que profesamos nuestra fe públicamente y decidimos seguir a Cristo.
Cuestiones Para Reflexión/Discusión
1. ¿Tienes la convicción personal que has proclamado la fe en el Cristo crucificado y Resucitado como tu Salvador personal? ¿Cómo puedes explicar tu experiencia?
2. Hay muchas personas que dicen tener fe en algo. Hay personas en este mundo que se ofenderían si usted les pregunta si tienen una fe. ¿Conoces a alguien o cómo ha sido esa experiencia, para ti o para ellos?
3. La fe y la obediencia son inseparables porque la fe salvadora que no procura la santificación es ilegítima y contraria a la Escritura. ¿Cuál crees que es la diferencia entre «salvación» y «santificación»?