VALOR

Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. —Mateo 14:27-29

Cuando estamos comprometidos con la comodidad, a la zona de confort, es difícil experimentar todo lo extraordinario que Dios tiene reservado para nosotros. Ya sea debido a la miedo al fracaso o miedo a lo desconocido, elegimos quedarnos en el barco cuando dejamos que nuestros miedos dicten nuestra dirección.

El cerebro que por naturaleza prefiere la ley del menor esfuerzo, te manda señales disfrazadas de excusas y mensajes de “aquí estás bien, no experimentes eso extra, ese riesgos, no lo necesitas…” Recuerda que: Valor no es la ausencia de miedo sino la presencia de paz cuando el miedo está a la mano.

En medio de su temor, Jesús dijo a sus discípulos: «Toma ¡valor! Soy yo. No tengas miedo». En otras palabras, «Ven sal de esa zona de confort, porque estoy aquí. Y yo soy más grande que tu más grande miedo».

Podemos experimentar paz cuando ponemos a Jesús como el fundamento adecuado. Cuando nuestro coraje viene de Cristo, seré capaz de hacer lo inimaginable. Podremos salir de la barca hacia lo desconocido con confianza, y aceptar su simple invitación a «venir».

Cuando nuestro objeto de esperanza es mayor que nuestro objeto del miedo, podemos ser valientes. Cuando nuestro motivo es empujado por Dios a soñar lo extraordinario, lo ordinario que nos paraliza no debe detener nuestro potencial de Ferrari; para movernos recargados de poder en la ruta de visión con fe.

Dios, dame paz cuando el miedo me rodea. Ayúdame a ser valiente y seguir en mi ruta de fe hacia lo desconocido. Señor, ayúdame a construir mi confianza para que pueda experimentar todo lo que tienes en de extraordinario para mí. Amén.