«Por eso te digo, no te preocupes por tu vida, lo que comerás o lo que beberás, ni sobre tu cuerpo, lo que te pondrás. ¿No es la vida más que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Mira las aves de la aire: no siembran ni cosechan ni se reúnen en graneros, y sin embargo, tu Padre celestial los alimenta. ¿No eres de más valor que ellos?» —Mateo 6:25-26
Muchas pequeñas cosas en la vida consume nuestro plan de cuidado. Encontramos cosas vitales por las que ocuparse y a menudo percibimos las pequeñas cosas como grandes problemas.
Pero si nos tomamos el tiempo para entender el verdadero problema en cuestión es la falta de confianza espiritual y fortaleza mental.
Tenemos un Dios increíblemente sustentador de todo y en cuya mano nos está sosteniendo mientras viajamos, por lo que experimentaremos una paz que se asienta en nuestras almas.
El tema en cuestión de nuestra provisión puede ser significativo a nuestros ojos, pero ya ha sido atendido a los ojos de Dios. Parte del problema es que confundimos nuestros deseos, gusto con nuestras necesidades. Nos quedamos encerrados en nuestropropios deseos, y la ansiedad surge cuando nos quedamos en la presión de nuestra limitación humana.
Pero Jesús nos recuerda que nuestro Padre celestial nos valora más que las aves del aire. Él nos recuerda que nuestras necesidades han sido previstas. Si podemos descansar en esa realidad, nuestra ansiedad se desvanecerá a lo lejos y la paz estará presente cerca de nosotros.
Dios, que tu provisión me traiga paz para que pueda apagar en mi mente la furia de las luchas significativas que me rodean. Dar será mi perspectiva, actuar con creatividad rompiendo toda limitación y aumentar mi confianza en ti serán mi desafío diario. Amén.
Rodolfo Martinez 