Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. En todos sus sentidos reconócelo a él, y él enderezará tus caminos. —Proverbios 3-3—6

Experimentamos la vida de manera diferente cuando confiamos en el Señor con la mitad de nuestro corazón y apoyándonos mucho en nuestra propia comprensión de la realidad que nos toca.
La mayor diferencia es nuestro nivel de ansiedad que obtenemos arrastrados por el conflicto y la confusión del día, nuestros caminos se ponen tensos, se entrecruzan conflictos y perdemos en ocasiones el rumbo.
Reconocemos al Señor en algunos de nuestros caminos y trabajamos duro para salir adelante con nuestros desafíos.
La paz y la confianza son subproductos de confiar en el Señor. Sin embargo, creemos que llegaremos allí a través de nuestros propios esfuerzos.
La vida saca lo mejor de nosotros aparentemente cuando continuamos por el camino de la autosuficiencia. Pero la gracia de Dios interviene cuando nos tornamos a nosotros mismos fuera de la ecuación.
Este pasaje nos da una gran enseñanza de crecimiento. Vamos a ponemos nuestra confianza en el Señor y reconocerlo en todos nuestros caminos, para obtener esa paz y confianza de encontrar su camino en nuestros corazones y mentes.
Señor, dame oportunidades para respirar profundamente hoy. Deseo confiar en ti para ver prosperar mis caminos. Puedo respira en tu presencia y exhalar mi control. Estoy de pie ante ti con las manos abiertas, expectante de tu dirección y el corazón abierto. Toma lo que es tuyo y deja solo la paz en mi alma. Amén.