SAL CON FE

Entonces él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Respondiendo Pedro, le dijo: Tú eres el Cristo. —Marcos 8:29

¿Cuándo fue la última vez que arriesgaste algo al responder y tomar una decisión difícil?

Tal vez fue cuando te arriesgaste a viajar de tu país a este, iniciar una empresa comercial o cuando le preguntó a su amada: «¿Te casarías conmigo?» Tal vez cuando planteaste una conversación desafiante con un empleador.

A algunos les resulta fácil tomar estos tipos de retos y salir adelante dando pasos de fe; mientras otros están paralizados por la presión.

De cualquier manera, a menudo el único camino a seguir en la vida es dar el paso de la fe. Tomar el riesgo y saltar a la cancha a jugar el partido decisivo por el triunfo, el sueño, el deber y el futuro esperanzador.

Pedro se encontró en esta situación cuando Jesús le preguntó a los discípulos, «¿Quién dices que soy?» Jesús no había olvidado quién El era, no necesitaba que le recordaran su nombre. Más bien, él quería que salieran con fe y compartieran audazmente a otros acerca de quien era El. Habían visto a Jesús sanar y enseñar, tranquilamente enfrentar a sus opositores, calmar las aguas de la tormenta, y verle cuidado de las personas heridas.

¿Podría ser el Mesías? Bueno, era sin duda una pregunta que se habían hecho, tal vez incluso discutiéndolo juntos, pero Jesús quería que lo hicieran. Y en realidad se lo dice, «¿Quién dices que soy?» Fue Pedro quien tuvo el coraje y la fe de hablar de lo que había llegado a creer.

Así que ahora es recordado por su fe, mientras que no sabemos nada de lo que los demás dijeron en ese punto del conversatorio.

Como dice el proverbio, «La fortuna favorece a los audaces». Entonces, ¿dónde te está llamando Dios a salir con fe? ¿Qué es lo que sientes que deberías y Dios te está invitado a arriesgar un poco?

Dios, tú tienes el control. Ayúdame a salir y compartir de tí con fe. Quiero salir con fe de mi zona de confort y creer eso y a dar un paso audaz y valiente. Rompe mis limitaciones mentales, dame la disposición a confiar en tu llamado, en mis manos, mente y corazón para proseguir a la meta del premio en tu nombre. Ven Señor y dame la claridad para seguir tu brújula de propósito, guiándome con tu espíritu a través de mi. Amén.